Los venezolanos que acuden al sistema público de salud deben esperar varios meses para ser intervenidos de patologías comunes, como vesícula, señaló el coordinador de la Encuesta, el infectólogo Julio Castro

Algunos datos de la Encuesta Nacional de Hospitales han mejorado entre los años 2022 y 2023, pero la situación de los centros asistenciales venezolanos está muy lejos de ser óptima. Los datos registrados el año pasado en 40 instituciones por la organización Médicos por la Salud revelan que los pacientes tienen que pagar 81 dólares, como mínimo, para poder operarse. Además, en promedio solamente hay cuatro quirófanos operativos en cada recinto.

El doctor Julio Castro, médico infectólogo y coordinador de la Encuesta, destacó que esos 81 dólares, o más, los ponen los pacientes de su bolsillo para comprar el material que no hay en el hospital.

Tres cada 10 hospitales «no tienen ningún tipo de material descartable», como lencería, tapabocas, batas quirúrgicas, precisó.

Los centros ni siquiera pueden garantizar las batas para médicas y médicos.

A pesar de que, en teoría, el sector público no tiene costo para las personas, la realidad es que el paciente debe meterse la mano en el bolsillo, refirió.

A esto hay que sumar la lista de espera, porque la mitad de las personas que necesitan una intervención de vesícula deberán esperar «de uno a tres meses», señaló Castro. «20% tarda más de seis meses, e incluso hay quienes esperan más de un año».

Solo en 25% de las emergencias de los hospitales hay medicamentos las 24 horas del día los 365 días del año, aclaró Castro.

El desabastecimiento de medicamentos básicos en los hospitales ha experimentado una leve mejoría: «Estamos menos mal que en los años anteriores», pero todavía lejos de lo ideal, que es cero, enfatizó el especialista.

Únicamente 10% de los hospitales pueden hacer tomografía en algún momento, advirtió Castro. «30% de los hospitales no tienen rayos X simple» y la mitad de los laboratorios «funcionan de forma intermitente».

La violencia de los familiares de los pacientes contra el personal de salud se mantiene, tal como lo ratificó la medición.

En relación con el personal de salud hubo un aumento en el personal de enfermería destacado en el turno diurno, lo que refleja la cris económica porque evidencia que prefieren «matar tigres» de día y trabajar de noche en su profesión.

En cuanto a la alimentación, puntualizó que solo 37% de los hospitales con este servicio garantizaban las tres comidas y 63% lo hace parcialmente. Tampoco hay disponibilidad de fórmulas lácteas para niñas y niños que las necesiten en los hospitales pediátricos.