El Nacionalista

19 de mayo de 2024
02:37

EE.UU. rastrea bombarderos rusos cerca de Alaska

El NORAD de EE.UU. rastreó dos bombarderos rusos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska. Rusia afirma que fue un vuelo de rutina.

El Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) detectó y rastreó dos bombarderos estratégicos rusos con capacidad nuclear que operaban en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska (ADIZ). Los aviones rusos, que permanecieron en el espacio aéreo internacional, fueron seguidos hasta que regresaron a sus bases.

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El NORAD, que emplea una red de satélites, radares y aviones para detectar y seguir a las aeronaves, aseguró que esta actividad rusa en la ADIZ de Alaska se produce con regularidad y no se considera una amenaza. La ADIZ comienza donde finaliza la soberanía aérea de cada país y se define como la porción del espacio internacional que requiere la identificación de todas las aeronaves de interés para la seguridad nacional.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso dijo que los bombarderos Tu-95MC de la Fuerza Aeroespacial Rusa realizaron un vuelo de rutina sobre aguas neutrales del Mar de Bering, cerca de la costa occidental de Alaska. El vuelo, que duró 11 horas, fue escoltado por cazas Su-30sm.

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El Ministerio ruso también detalló que aviones de combate de “Estados extranjeros” siguieron a los bombarderos en ciertos tramos de su ruta. Según el Ministerio, estas misiones sobre el Ártico, el Atlántico Norte, los mares Negro y Báltico, así como el Océano Pacífico, se realizan regularmente y en estricta conformidad con las regulaciones internacionales.

Esta situación se produce en un momento de creciente tensión entre Rusia y la OTAN, que recientemente ratificó su apoyo a Ucrania frente a las interferencias y sabotajes rusos.

Varias naciones aliadas han denunciado ataques híbridos ordenados por el Kremlin, que incluyen la persecución de individuos vinculados a acciones hostiles, casos de espionaje y la manipulación de los sistemas de geolocalización, que han derivado en interferencias de las señales GPS en el mar Báltico. Ante estas evidencias, el Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la Alianza, expresó su profunda preocupación.

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