GUÁRICO/ La parroquia Espino del municipio Leonardo Infante, en el estado Guárico, se encuentra abandonada por las autoridades regionales y nacionales de Venezuela, con una carretera destruida en su totalidad, que ahora se convirtió en un camino real, la desatención de la ciudadanía que allí hace vida y servicios públicos deficientes son algunas de malas condiciones que viven a diario este gentilicio infantino.
En este sentido, en Guárico no se cuentan con vías de penetración rurales en óptimas condiciones, créditos para la siembra de productores o combustible para los vehículos de los oriundo de esta localidad llanera.
Es así que la ciudadanía expresa que, «por acá no ha pasado ningún funcionario de la gobernación en años. El transporte público no puede ingresar y los habitantes de Espino están aislados. No podemos permitir que siga reinando la desesperanza y el olvido y la desidia en los caseríos guariqueños de esta jurisdicción”.
Por otro lado, los campesinos se han quedado a la espera de recibir el apoyo gubernamental, esto con el fin de poder retomar las capacidades productivas y el crecimiento agrario de toda la zona de siembra de esta parroquia la mas importante del estado.
Mientras el gobierno nacional y regional solo se encarga de hacer múltiples promesas vacías, decir que harán y gastar cantidades multimillonarias en propaganda política demagógica, esto como mecanismo de persuasión para recibir apoyo popular en los venideros comicios electorales regionales y locales del 21 de noviembre, la realidad del pueblo guariqueño es otra en donde se hace predominante la incertidumbre y descontento ante la falta de respuestas a problemáticas existentes en cada una de las comunidades del estado.
Finalmente, en lo que respecta a esta parroquia Espino tenemos que es una parroquia netamente agropecuaria por excelencia, la misma se encuentra en el oscurantismo social y político. Cabe destacar, que en esta franja llanera no se cuenta con un gobierno regional y municipal que acompañe a los productores o que pueda lograr trasportar las cosechas y productos lácteos como el queso, patilla, maíz, sorgo y otros rubros esenciales para el consumo de los hogares guariqueños y venezolanos que se requieren para poder vivir sin tantos problemas como los que sufren en la actualidad.