GUÁRICO/ En un emotivo homenaje, recordamos a Leonardo “Lalo” González, un fotógrafo original cuya pasión por la fotografía es excepcional. Su lente capturó momentos únicos y nos transportó a través de imágenes a lugares, emociones y acontecimientos inolvidables.
Leonardo era un maestro en el arte de retratar la esencia humana. Sus retratos eran más que simples fotografías; eran ventanas a las almas de sus sujetos. Desde los rostros anónimos en las calles hasta los líderes políticos, sabía cómo capturar la esencia de cada persona.
Texto íntegro Ali Almeida:
EXISTE UNA RARA, UNA INSÓLITA. afinidad en las dimensiones que rodean a quienes cometen la tontería de acercarse al arte. Quizás sea por ello que muchos están dolidos ante la sentencia que te excluye de ese mágico medio, creado por Dios y transmitido a los hombres para que se burlen de la palabra brutalidad. Sonríe, amigo Lalo González.
TRANQUILO, LALO GONZALEZ, TRANQUILO. Eso no te ha ocurrido. Pero sonríe, hoy como aquel hombre. Te podrán cortar un rollo de cámara, pero el alma de artista que tiene tu lente, nadie te lo podrá cortar. Eres joven y como tal, como millares de jóvenes de nuestro país, te sale barrera, te sale frustración. Es prohibitivo querer ser. Es vedado asomarse a la luz. Las piedras enormes que te cierran los caminos, son peores, Lalo, que la guillotina del hombre de la película. Pero sonríe.
YO ME NIEGO A DESPEDIRTE, LALO GONZALEZ. Como fotógrafo artístico. Te digo que los fotógrafos guariqueños, todos sin excepción, son profesionales de primera. No es el intento de cazar una pelea sin sentido. Respeto los celos profesionales donde pudiere haberlos. Respeto a los gremios. También debemos respetar el derecho de un joven que ha tenido la ocurrencia de meterse en el arte por la puerta grande..
En un mundo donde la acción y la emoción se entrelazan en los campos de juego, hay un hombre cuya lente capturó momentos inolvidables un apasionado que dedicó su existencia a congelar en el tiempo la esencia misma del deporte.
Pasión y Sacrificio: Lalo no solo era un fotógrafo; era un apasionado del deporte. Se sumergía en las historias detrás de los atletas, comprendiendo sus luchas, sus sueños y sus sacrificios. Sus imágenes no solo mostraban la acción en la cancha, sino también la humanidad detrás de los uniformes y los trofeos.
Con su cámara siempre lista, se convirtió en un testigo silencioso de hazañas atléticas. Desde los estadios de fútbol hasta las pistas de atletismo. Sus imágenes no solo eran instantáneas; eran narrativas visuales que nos transportaban al corazón mismo de la competición.
Pero Leonardo no se limitaba; también estaba presente en la tierra. Cubría eventos deportivos, culturales y denuncias con la misma pasión y dedicación. Sus imágenes vibraban con la emoción de un gol o la solemnidad de una exposición de arte.
Y sí, incluso los políticos caían bajo su lente. Sin importar la afiliación política, buscaba la verdad en sus fotografías. Sus imágenes de líderes y figuras públicas eran imparciales y reveladoras.
Al recordar a Leonardo González, celebramos su legado. Su cámara sigue hablando, sus imágenes siguen contando historias y su espíritu sigue inspirando a todos los amantes de la fotografía.
Que su memoria perdure en cada clic del obturador y en cada imagen que capturamos. Descansa en paz, Leonardo.