Ecuador se convierte en el tercer país de América con más desplazados por violencia. Más de 100.000 personas huyeron de sus hogares en 2024.
Ecuador alcanzó los 101.000 desplazamientos internos en 2024, una cifra histórica según el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC). Esta crisis lo posiciona como el tercer país de América con más personas desplazadas por violencia, solo superado por Haití y Colombia.
El informe del NRC, publicado en mayo de 2025, detalla cómo la violencia armada y el control territorial de bandas criminales han obligado a miles de familias a abandonar sus hogares. Las provincias más afectadas son Guayas, Esmeraldas, Manabí, El Oro y Pichincha.
Ecuador registra cifras inéditas de desplazamiento forzado
Por ejemplo, en el barrio Socio Vivienda, en Guayaquil, 316 personas —incluyendo 99 niños y cuatro mujeres embarazadas— se encuentran desplazadas. La violencia alcanzó su punto crítico el 6 de abril de 2025, cuando una masacre dejó 22 muertos, obligando a familias enteras a huir, como el caso de Patricia, quien escapó con su hija tras semanas de balaceras nocturnas.
Crisis humanitaria en aumento
Según el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), la toma de viviendas por bandas como Los Tiguerones o Los Chone Killers forma parte de una estrategia para ejercer dominio en zonas vulnerables. Estas casas son ocupadas ilegalmente, subarrendadas o utilizadas para actividades criminales.
Además, un tribunal penal ordenó crear una mesa interinstitucional para censar a las familias desplazadas y desarrollar un plan de retorno y asistencia en seis meses. Sin embargo, el desplazamiento sigue creciendo. La Defensoría del Pueblo informó que, desde 2019, más de 250.000 personas han sido forzadas a huir en el país.
Por otro lado, los desastres naturales también provocaron 4.400 desplazamientos en 2024, lo que agrava aún más la crisis humanitaria.
La ONU recomienda al Estado ecuatoriano adoptar un marco legal claro para garantizar la protección y reparación integral de las personas desplazadas, mientras la violencia sigue dejando cicatrices profundas en la población más vulnerable.
EFE-ELNACIONLASTA
