La Conmebol evalúa cambiar la sede del Sudamericano Sub-20 2025 en Venezuela por preocupaciones de seguridad. Argentina y Uruguay exigen alternativas.
A menos de un mes del inicio del Sudamericano Sub-20, programado entre el 23 de enero y el 16 de febrero de 2025, la situación política en Venezuela genera incertidumbre.
Las recientes protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro han provocado cuestionamientos sobre la viabilidad del torneo en el país, poniendo en alerta a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
El torneo, que otorga cuatro cupos para el Mundial Sub-20 en Chile, ha levantado preocupación entre varias delegaciones, incluidas las de Argentina y Uruguay.
La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, afirmó que su país no enviará a su selección si no se garantiza la seguridad. “No podemos exponer a nuestros jóvenes en un lugar donde podrían ser secuestrados”, comentó Bullrich, citando incidentes recientes como la detención de un gendarme argentino en territorio venezolano.
Por otro lado, Uruguay también manifestó su rechazo a la sede actual, pidiendo formalmente a la Conmebol que considere un cambio de país anfitrión.
La Conmebol monitorea la situación
Ante las preocupaciones, la Conmebol confirmó que está evaluando la coyuntura en Venezuela. Aunque no se ha tomado una decisión definitiva, fuentes internas mencionaron que se están considerando alternativas, como Perú o Chile, debido a su experiencia previa en la organización de eventos deportivos.
El jefe de prensa de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Nicolás Novello, aseguró que, por el momento, Argentina participará, aunque las delegaciones seguirán evaluando las condiciones en Venezuela.
Un torneo clave en riesgo
El Sudamericano Sub-20 no solo es una oportunidad para clasificar al Mundial, sino que también es una vitrina para jóvenes promesas del fútbol. La posibilidad de que selecciones históricas como Argentina no asistan afectaría el prestigio y la competitividad del evento.
Mientras tanto, la Conmebol tiene poco tiempo para decidir. Con el calendario intacto y las protestas en Venezuela en aumento, la incertidumbre sobre la sede del torneo sigue creciendo.