Pedro Sánchez, reelegido líder del PSOE con 90% de los votos en su 41° Congreso, enfrenta acusaciones de corrupción que complican su liderazgo político en España.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, fue reelegido este domingo como secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) durante el 41° Congreso del partido en Sevilla, Andalucía.
Con el respaldo del 90% de los votos, Sánchez conserva su liderazgo en un momento complicado por las acusaciones de corrupción que rodean a su entorno cercano.
Además, figuras clave de su equipo, como María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y Santos Cerdán, secretario de Organización, fueron ratificadas en sus cargos, consolidando su influencia dentro del partido. Durante el evento, Salvador Illa, presidente de Cataluña, destacó la fortaleza del proyecto liderado por Sánchez, quien lleva seis años en el poder.
Investigaciones y críticas de la oposición
El Congreso del PSOE se celebra mientras varios allegados a Sánchez enfrentan investigaciones judiciales. Entre ellos, su esposa Begoña Gómez, su hermano David Sánchez y el exministro de Transportes, José Luis Ábalos.
El caso más reciente involucró a Juan Lobato, exlíder del PSOE en Madrid, quien renunció tras acusaciones de filtraciones de documentos judiciales. La oposición, liderada por el Partido Popular (PP), no tardó en criticar el evento. Cuca Gamarra, secretaria general del PP, calificó el congreso como un intento de blindar la corrupción en lugar de promover la igualdad.
Un liderazgo en constante desafío
Sánchez, quien lidera el PSOE desde 2017 y llegó al poder en 2018 tras una moción de censura contra el PP, ha enfrentado dificultades para mantener una mayoría estable en el Parlamento. A pesar de contar con el apoyo de Sumar y otras plataformas de izquierda, necesita el respaldo de pequeños partidos catalanes y vascos para avanzar en sus propuestas legislativas.
Por esta razón, el congreso, originalmente previsto para 2025, fue adelantado un año. A través de redes sociales, Sánchez aseguró sentirse con más fuerza e ilusión que nunca para liderar el partido y el país, mientras busca reforzar su posición política.
