Adán Celis, presidente de Fedecámaras, insiste en transformar el modelo económico y legal de Venezuela para atraer inversiones y recuperar el crecimiento.
El presidente de Fedecámaras, Adán Celis, aseguró que Venezuela atraviesa un proceso de transformación económica, aunque aún no se perciba con claridad. Durante un encuentro con estudiantes de postgrado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), afirmó que el sector privado mantiene su compromiso con el país, pese a las dificultades que enfrenta.
«Hay amenazas geopolíticas que afectan la economía, pero los empresarios seguimos apostando por Venezuela», declaró. Celis considera vital mantener la licencia 41 de Chevron, ya que —según explicó— las sanciones no han generado cambios positivos ni han incentivado la transformación esperada.
Por otro lado, destacó la capacidad de resiliencia del empresariado nacional. A pesar de la falta de financiamiento, los problemas de servicios públicos y la alta presión fiscal, Celis reconoció que muchos empresarios siguen activos: «Hay quienes abren comercios, cultivan tierras, construyen y prestan servicios turísticos. Eso habla de esperanza y compromiso».
Diálogo y marco legal son claves para recuperar la confianza
Adán Celis subrayó que la transformación no puede limitarse a reuniones con el Ejecutivo. Considera urgente establecer un diálogo amplio que incluya a sindicatos, universidades y la sociedad civil. «Tenemos que entrar todos, a pesar de nuestras diferencias», dijo, refiriéndose a la necesidad de construir un país más justo y productivo.
Además, planteó la necesidad de cambiar el modelo jurídico del país. Según su visión, se debe abandonar el sistema basado en subsidios y controles para dar paso a uno que fomente el emprendimiento, la innovación y la inversión. «Queremos reglas claras y seguridad jurídica para atraer capital nacional e internacional», enfatizó.
Por lo tanto, Celis reiteró que el diálogo y la confianza son esenciales para avanzar hacia una economía más sólida, moderna y sostenible. A su juicio, los empresarios están dispuestos a asumir el reto, pero el Estado debe garantizar condiciones favorables para ese proceso.