El cardenal Angelo Becciu, condenado por malversación, genera dudas sobre su participación en el cónclave. ¿Permitirá el Vaticano su voto?
El cardenal Angelo Becciu, condenado en 2023 por malversación de fondos del Vaticano, enfrenta un dilema: ¿podrá votar en el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco? Su caso ha generado un intenso debate sobre su estatus legal y canónico.
Becciu recibió una sentencia de 5 años y 6 meses de prisión por delitos como abuso de poder y desvío de dinero, incluido el escándalo por la compra de un lujoso edificio en Londres. Además, fue inhabilitado de por vida para cargos públicos en la Santa Sede. Sin embargo, el papa Francisco no lo expulsó formalmente del Colegio Cardenalicio, dejando su situación en un limbo.
¿Derecho a voto o exclusión?
Aunque el Vaticano lo considera actualmente un cardenal no elector, Becciu insiste en que conserva sus derechos. En declaraciones al diario Unione Sarda, afirmó: «El papa no me excluyó explícitamente del cónclave». Por otro lado, la Oficina de Prensa vaticana aclaró que todos los cardenales pueden asistir a las reuniones previas, pero el acceso a la Capilla Sixtina es otra cuestión.
Mientras, el Colegio Cardenalicio cuenta con 136 electores, pero solo 135 podrían votar si se confirma la exclusión de Becciu. Su participación no solo plantea un problema legal, sino también simbólico, por tratarse del primer cardenal condenado penalmente en el Vaticano.
Otros casos polémicos
De igual forma, otros cardenales han visto ajustadas sus fechas de nacimiento para mantener su derecho a voto. Por ejemplo, Philippe Ouédraogo (Burkina Faso) tuvo su cumpleaños modificado en los registros vaticanos para evitar su exclusión por edad. Situaciones similares ocurrieron con el cardenal keniano John Njue, cuyo año de nacimiento se corrigió de 1944 a 1946.
¿Qué sigue?
El tema de Becciu será clave en las discusiones previas al cónclave. Su posible inclusión dependerá de una interpretación canónica y de la postura de sus colegas. Mientras tanto, el Vaticano enfrenta presiones para garantizar transparencia en uno de los procesos más importantes de la Iglesia.
EFE-El Nacionalista