El arresto de Riek Machar desata pánico en Yuba. Ciudadanos temen nuevo conflicto étnico mientras la ONU y la UA piden calma. ¿Se rompe el acuerdo de paz?
Las calles de Yuba, capital de Sudán del Sur, permanecen desiertas tras el arresto del vicepresidente y líder opositor Riek Machar por fuerzas leales al presidente Salva Kiir. El hecho, ocurrido el miércoles por la noche, reactivó el fantasma de una nueva guerra civil en el país más joven de África.
Machar, líder del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLM-IO), es una figura clave en el acuerdo de paz de 2018, que puso fin a cinco años de conflicto con más de 400.000 muertos. Su detención generó condenas de la ONU, la Unión Africana (UA) y Estados Unidos, quienes exigen su liberación inmediata.
«Nadie quiere otra guerra»: El miedo paraliza Yuba
Daniel Lomoro, un residente de 54 años, describe el ambiente: «Mirad las calles vacías. Todo el mundo espera con miedo lo que pueda pasar». Muchos, como él, planean huir de la ciudad. Los mercados y escuelas operan a mínima capacidad, mientras convoyes militares se desplazan hacia zonas de tensión como Rajaf y Wanalit, al norte y oeste de Yuba.
El conflicto tiene un trasfondo étnico: Machar pertenece a los nuer, el segundo grupo más grande del país, mientras Kiir es dinka. Nyaluk Chankouth Kam, una vendedora nuer, advierte: «Si el Gobierno nos ataca, nos defenderemos». Sin embargo, enfatiza: «Queremos paz, no más muerte».
¿Puede la diplomacia evitar el colapso?
Majok Karbino, estudiante de la Universidad de Yuba, ve pocas esperanzas: «La detención de Machar hunde el acuerdo de paz». No obstante, delegaciones de la UA y Kenia llegarán pronto para mediar.
Mientras tanto, la incertidumbre reina. «La gente piensa en huir, pero ¿adónde?», reflexiona Majok. Pese al temor, algunos aún creen en una salida pacífica.