Donald Trump ordena el desmantelamiento de siete agencias federales, entre ellas la Voz de América, en un esfuerzo por reducir la burocracia gubernamental.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden ejecutiva que busca desmantelar siete agencias federales, incluyendo la Agencia para los Medios Globales, que supervisa la Voz de América y otros medios financiados por el Gobierno. Esta medida forma parte de su plan para reducir la burocracia federal y eliminar funciones consideradas innecesarias.
Además de la Voz de América, la orden ejecutiva afecta a Radio Europa Libre/Radio Libertad y Radio Libre Asia, medios que emiten en 49 idiomas y llegan a una audiencia semanal de más de 361 millones de personas. Estas organizaciones cuentan con un presupuesto anual de 270 millones de dólares y emplean a más de 2.000 personas.
Otras agencias incluidas en la orden son el Servicio Federal de Mediación y Conciliación, el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, el Instituto de Servicios de Museos y Bibliotecas, el Consejo Interinstitucional para las Personas sin Hogar, el Fondo de Instituciones Financieras para el Desarrollo Comunitario y la Agencia de Desarrollo de Empresas Minoritarias.
Objetivo de la orden ejecutiva
La orden instruye a los directores de estas agencias a eliminar todas las funciones no establecidas legalmente y reducir su personal al mínimo requerido por la ley. “Esta acción continúa la reducción de elementos de la burocracia federal que el presidente ha determinado innecesarios”, señala el documento.
Trump ha sido crítico de la Agencia para los Medios Globales desde su primer mandato (2017-2021), acusándola de no representar adecuadamente los intereses de Estados Unidos. Sin embargo, defensores de estos medios argumentan que son esenciales para promover la libertad de prensa y contrarrestar la desinformación a nivel global.
Impacto y reacciones
La medida ha generado debate sobre el futuro de estos medios y su papel en la diplomacia estadounidense. Mientras algunos aplauden la reducción de gastos, otros advierten que podría debilitar la influencia de Estados Unidos en el extranjero.
