El PSUV rechaza las primarias y elige candidatos mediante asambleas comunales, generando críticas por falta de transparencia y democracia interna.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) decidió no realizar primarias para seleccionar a sus candidatos a las elecciones regionales y parlamentarias del 27 de abril. En su lugar, el partido oficialista utilizará asambleas comunales, donde los precandidatos serán propuestos por las bases, pero la decisión final recaerá en la cúpula del partido, liderada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Este método ha generado críticas entre analistas y militantes, quienes lo consideran un mecanismo para repartir cuotas de poder y evitar fricciones internas.
Asambleas comunales por PSUV
Las asambleas se llevarán a cabo los días 22 y 23 de febrero. Según el PSUV, este proceso busca garantizar la participación de las bases. Sin embargo, expertos como el sociólogo Damián Alifa afirman que se trata de un sistema de cooptación, donde las decisiones finales las toman los altos jerarcas del partido.
«Es más fácil ‘arreglar’ las cuotas electorales entre ellos que permitir una votación libre en primarias, donde surgen tensiones internas», explica Alifa. Además, señala que este método evita que líderes locales con influencia puedan desafiar a la cúpula.
El politólogo Fernando Spirito destaca que este proceso refleja la falta de apoyo social al PSUV. «El partido ha perdido credibilidad dentro y fuera de Venezuela. Este sistema de asambleas evidencia su debilidad», afirma.
Por otro lado, algunos militantes del PSUV expresan incertidumbre. Un trabajador de la gobernación de Vargas, que prefirió mantenerse en el anonimato, comentó: «Vas al proceso, eliges a alguien, pero si quien decide es otro, tu participación es solo un protocolo».
Diosdado Cabello, secretario general del PSUV, estableció una serie de criterios para excluir a posibles candidatos. Entre ellos, figuran quienes no asisten a reuniones del partido, no votan en elecciones o han sido acusados de corrupción. También se excluye a quienes promueven el odio o no apoyan las políticas del gobierno.
«El imperialismo juega sucio, y debemos blindar nuestras candidaturas de potenciales traiciones», afirmó Cabello durante una transmisión en VTV.
Elecciones bajo presión
El PSUV enfrenta un desafío importante en las próximas elecciones. Aunque el partido mantiene el control de las instituciones, su popularidad ha disminuido debido a la crisis económica y la falta de transparencia en procesos electorales anteriores.
Para Alifa, el reto no es sumar votos, sino lograr que la mayoría «renuncie definitivamente a creer en la posibilidad de un cambio». Por su parte, Spirito advierte que el PSUV teme una baja participación similar a la del referendo sobre el Esequibo.
Con este sistema de asambleas, el PSUV busca mantener el control interno, pero las críticas y la desconfianza podrían afectar su desempeño en las urnas.