La policía fronteriza de Panamá cercó 4,7 kilómetros de la selva del Darién, una región que sirve de frontera natural con Colombia, para controlar el flujo de migrantes que cruzan hacia Estados Unidos.
El director del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront), Jorge Gobea, anunció que esta medida busca canalizar el tránsito de personas y combatir el uso de pasos clandestinos por parte del crimen organizado.
En una rueda de prensa, Gobea explicó que las operaciones en la frontera incluyeron la instalación de cercas de púas en puntos estratégicos de la selva, donde se identificaron cinco pasos no autorizados.
“Nuestro objetivo es canalizar el flujo migratorio sin interrumpirlo, asegurando que los migrantes puedan cruzar de manera más segura”, afirmó.
Las imágenes proporcionadas por las autoridades muestran las cercas instaladas cerca de un monolito que marca la frontera entre Panamá y Colombia.
Estas barreras perimetrales forman parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la seguridad en una región conocida por su peligrosidad.
El Darién, con sus 266 kilómetros de frontera, es una ruta comúnmente utilizada por migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, la travesía es extremadamente peligrosa debido a la presencia de grupos criminales y las difíciles condiciones naturales. Las autoridades panameñas esperan que estas nuevas medidas mejoren la seguridad en la región.