Desafíos y retos que deben enfrentar los periodistas venezolanos
Desafíos y retos que deben enfrentar los periodistas venezolanos

Periodistas Venezolanos desafíos y retos que deben enfrentar. El presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) Tinedo Guía lo afirmó.

A pesar de los obstáculos, los comunicadores siguen buscando la verdad y enfrentan cierres de medios y agresiones.

En el Día del Periodista, los comunicadores venezolanos se encuentran en una encrucijada de presiones provenientes de todas las esferas del poder.

Tinedo Guía, Presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), señala que existe un temor a que la verdad salga a la luz, y este desafío es precisamente lo que motiva a los periodistas en estos tiempos.

Guía enfatiza la importancia de la investigación periodística como base fundamental de la profesión. Los periodistas deben seguir buscando la verdad que cada noticia encierra para compartirla con la comunidad.

Sin embargo, este proceso de investigación a menudo asusta a muchas personas, incluyendo a las esferas gubernamentales, empresariales y religiosas, que prefieren que ciertos hechos no se divulguen.

El dirigente gremial también denuncia que en los últimos 20 años se han cerrado 405 medios de comunicación, incluyendo prensa, radio y televisión.

Esta situación representa una pérdida de empleos para periodistas, técnicos y locutores. A pesar de estos retos, los periodistas venezolanos continúan su labor con valentía y determinación, enfrentando las adversidades para llevar la verdad a la sociedad.

En todas las latitudes, ejercer lo que Gabriel García Márquez denominó «el mejor oficio del mundo» conlleva grandes desafíos, especialmente en lugares donde informar es sinónimo de peligro.

Cada periodista, de manera individual, ha sufrido amenazas, ya sea en pequeña o gran escala, luego de publicar datos en trabajos periodísticos. Asimismo, en ocasiones ha tenido que autocensurarse para salvaguardar su seguridad e integridad física y la de sus familiares.

Testimonios de periodistas venezolanos

“Mi trayectoria profesional hasta ahora, en el contexto venezolano, la describiría con el adjetivo -difícil-, pero esto no significa que sea algo negativo”, dice María Gabriela Danieri, periodista venezolana, quien explicó que más que un desafío es una situación aleccionadora para alcanzar objetivos.

María Gabriela señaló que uno de los retos para el periodismo en el contexto actual venezolano es el de contrastar la información con distintas perspectivas, lo cual en ocasiones la ha llevado a la autocensura y, en consecuencia, a privarse de publicar investigaciones. «Es información que termina en datos estadísticos», afirmó.

El Instituto Prensa y Sociedad

El Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) revela en su informe anual que en 2023, 215 periodistas, locutores, camarógrafos y activistas enfrentaron agresiones en Venezuela.

Además, 99 medios de comunicación, incluyendo privados e independientes, sufrieron limitaciones. Los ataques provienen de cuerpos de seguridad del Estado y actores desconocidos que suplantan identidades en redes sociales para difundir desinformación. 

En su reporte anual titulado “En el laberinto de la censura”, el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela documenta los ataques sufridos por periodistas y defensores de derechos humanos durante el año 2023.

Un total de 215 personas, entre reporteros, locutores, camarógrafos y activistas, fueron afectadas por agresiones.

Además, 99 medios de comunicación, incluyendo aquellos de carácter privado, independiente y extranjero, enfrentaron limitaciones en sus labores. Estos ataques no solo provienen de los cuerpos de seguridad del Estado, sino también de actores desconocidos que operan en las redes sociales.

Los actores desconocidos suplantan identidades en plataformas como RRSS con el objetivo de difundir desinformación y desacreditar a quienes se oponen al gobierno.

Adrián González, director y fundador de la organización Cazadores de Fake News de Venezuela, explica que estos actores no siempre son desconocidos, sino que algunos son militantes pagados por el gobierno.

Su tarea consiste en estigmatizar y denigrar a medios de comunicación, periodistas e investigadores para socavar su credibilidad en las conversaciones públicas.

Esta estrategia busca favorecer las narrativas gubernamentales y minimizar las de sus adversarios reales o percibidos.