Parto Humanizado en Venezuela enfrenta importantes carencias
Parto Humanizado en Venezuela enfrenta importantes carencias

Parto Humanizado en Venezuela enfrenta importantes carencias, dar a luz en las maternidades públicas de Venezuela sigue siendo un desafío.

Los padres esperan hasta un día completo para ver a sus recién nacidos, mientras el cuidado de la parturienta recae principalmente en las mujeres acompañantes.

Entre 2015 y 2016, la mortalidad materna en Venezuela aumentó en más de un 65%.

Educación y Formación

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) señalan que el Plan no especifica los recursos y medios para garantizar estos derechos.

Además, la normativa en salud sexual y reproductiva no está alineada con los artículos de la Constitución que promueven el parto humanizado.

La formación del personal de salud y el seguimiento a casos de violencia obstétrica son áreas críticas que requieren atención.

La crisis sanitaria y económica

La crisis hospitalaria afecta la calidad de atención. La maternidad Concepción Palacios, antes una referencia, ahora enfrenta limitaciones debido a la precariedad del sistema. La deshumanización y la violencia obstétrica persisten.

El dilema del acompañamiento

En la maternidad “Hugo Chávez” de El Valle, el acceso de los caballeros a las salas de parto es restringido. María, cuyo cuñado no pudo ingresar, señala la falta de información sobre el estado de la parturienta.

Aunque existe un decreto constituyente que permite la presencia del padre durante el parto, en la práctica, las acompañantes también enfrentan limitaciones.

La Crisis Hospitalaria

Mercedes Muñoz, presidenta de la junta directiva de Avesa, advierte que “parir en Venezuela ahorita es más complicado que nunca”. La crisis hospitalaria, con infraestructura deficiente y escasez de personal, afecta la calidad de atención.

Las maternidades carecen de suficiente personal médico, y la información precisa sobre el estado de la madre y el bebé a menudo se pierde en la burocracia.

El plan Parto humanizado como política pública

A pesar de la visión del parto humanizado como política pública, el Estado venezolano enfrenta desafíos para promover el acompañamiento integral a las mujeres durante la gestación, el parto y el posparto.

El noveno informe periódico presentado ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw) evaluó la situación del parto humanizado en el país.

Según el Ministerio de la Mujer, el Plan Parto Humanizado cuenta con 10,300 promotoras y ha logrado un incremento del 75% en partos vaginales en centros públicos, gracias al acompañamiento de estas promotoras.

Además, se han realizado mejoras en 467 salas de parto de bajo riesgo, aunque no se especifican los detalles de estas mejoras.

Sin embargo, los informes de organizaciones no gubernamentales (ONG) difieren de los logros presentados por el gobierno.

Según una evaluación de Avesa en los municipios más poblados de los estados Apure, Sucre y Táchira, el 95.1% de las mujeres embarazadas consultadas no recibieron acompañamiento ni educación comunitaria.

Solo el 13.5% reportó haber recibido acompañamiento de instituciones de salud, lo que implica un seguimiento integral durante todo el proceso de gestación y parto.

Las ONG Plafam, Avesa, Mesa de Mujeres y Parir con Placer señalan que el Plan no especifica los recursos y medios para garantizar estos derechos. Además, la normativa en salud sexual y reproductiva no está alineada con los artículos del decreto de parto humanizado.

La situación del Sistema de Salud también es preocupante. La falta de formación al personal de salud y la ausencia de seguimiento a casos de violencia obstétrica contribuyen a la precariedad del sistema.

En este sentido los protocolos y normativas de atención al parto y nacimiento no incorporan cambios basados en evidencia científica.

A pesar de los esfuerzos, la ley de parto humanizado y lactancia materna sigue siendo una incógnita. El “I Encuentro Nacional por la Humanización del Parto y el Nacimiento” se convirtió más en un acto político que en un espacio para discutir mejoras en la experiencia de las mujeres gestantes.

En resumen, la situación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres venezolanas es crítica.