María Corina Machado presidió concentraciones en Altagracia de Orituco y Las Mercedes del Llano. Los registros gráficos hablan de asistencias multitudinarias. Para Valle de la Pascua estaba previsto un pase por la Avenida Las Industrias en camino a El Socorro. La invitación hablaba del semáforo, que lleva tres años sin funcionar, en la entrada de Los Bálsamos, a las 5:00 PM.

Llegamos al lugar a las 4.36 minutos. El vehículo fue estacionado frente a la estación de servicio paraíso. Caminamos, sorteando quebradas y alcantarillas por el camino de tierra, paralelo a la vía principal.  A esa hora resultaba complicado transitar por las aceras de la avenida. Lo primero que observamos fue la excelente infraestructura de la pasarela. Nunca había sido utilizada y en esta ocasión estaba ocupada por unas trescientas personas, incluidas las dos escaleras. Sendas banderas de Venezuela ondeaban al viento. Y una tela gigante color azul con las siglas MPV.

Sorayita Oropeza Ramírez sobre el capó de una camioneta Escape nos da la bienvenida. Más adelante nos encontramos con Manuel Barreto, portugués que por muchos años regentó el cafetín ubicado frente a la alcaldía. Es un diestro jugador de “caída” y, por lo tanto, un consumado “tumba reyes”. Un vendedor de banderas tricolor y trompetas de plástico ofrece su mercancía. Las banderas a 3, 4 y 6 dólares, los pitos a 3 dólares. Al final de la jornada vendió todo.

A la distancia veo a Torcuato López, exdirigente de la democracia cristiana y excompañero de estudios en la Escuela de Comercio Carlos Barrios Padilla. Detrás, en los copos de un árbol de neem se bambolea el hermano Henry, perforador artesanal de pozos. Sigue llegando gente. Banderas del Movimiento por Venezuela MPV y de Un Nuevo Tiempo UNT.

Abunda el tricolor de Venezuela. Amarillo, azul y rojo; la enseña patria. El transporte pesado toca sus cornetas de aire y la gente grita y aplaude. Una camioneta con un grupo de jóvenes armados de timbaletas y redoblantes recorre la avenida en ambos sentidos. ¿A qué hora es la vaina? ¿A qué hora llega la mujé? ¿Ya está en Las Mercedes? Son las interrogantes que se oyen en todos los grupos. Andrés González ataviado de azul nos dice que un diputado “alacrán” de uno de los Copei, presentó un recurso de amparo en el TSJ para suspender las elecciones. Nos preguntamos, ¿cuánto dinero recibió este prócer por el delivery?

La dirigencia del MPV se agrupa con sus banderas y pendones con el rostro del candidato Edmundo González Urrutia se mueven con diligencia. Marcia Alvarenga, Arnaldo Olivares y la maestra Alcira Escobar de la Federación Venezolana de Maestros a la vanguardia. Un catire viejo, rojo como un tomate, solicita colaboración para comprar pastillas para la presión arterial. Adolfo le dice; ¿no será más bien para unas gárgaras de bebida espirituosa? Como tú creas, pero afloja algo. Le retruca el martillador.

Gotean los minutos y la concurrencia crece. Desde la bomba Orlu y hasta más allá de Arcipascua se alcanza a ver una masa compacta de asistentes. Las preguntas se repiten y las respuestas son variadas: Ya salió de Las Mercedes, viene en camino, la pararon en Chaguaramas. Los motorizados copan los espacios. ¿Cuántos son? ¿Trescientos, quinientos, mil? Ponga usted la cifra y acertará. Saludamos al flaco Camero, a Héctor Acosta, al primo Guillermo Hernández y a nuestro entrañable amigo Richard Oropeza, hombre del pensar profundo, de la conciliación y del análisis inteligente. Sería un excelente gerente del municipio Leonardo Infante. En el cerrito de Los Bálsamos creo ver al Dr. Miguel Ruíz Camero padre o es un socio.

Gente de todos los sectores sociales, de las diferentes comunidades y creencias religiosas. Distingo cristianos, católicos, evangélicos, adventistas, mormones, judíos, musulmanes. Todos vinieron a ver y conectarse con la líder de la oposición venezolana. De pronto un alboroto y pregunto a Silvio López la razón. Señala al cielo y vemos un dron que surca los aires. Los presentes gritan e incluso un grupo de indígenas hacen la señal de la victoria. Un vendedor de chucherías en una bicicleta de reparto. Luce dos cartelitos. TENGO PAGO MÓVIL Y HASTA EL FINAL. Otra movilización, abucheos y gritos. Una camioneta del SEBIN recorre lentamente la vía.

Aquella masa humana sigue creciendo. El sol moribundo empieza a ser engullido por las sombras. Coloco mi mano derecha en la frente y miro hacia el fondo. ¿Hasta dónde llegará esta marea? Una joven no tan joven se acerca. La reconozco, fue mi alumna en la Universidad Simón Rodríguez. Me dice que recién regresó de Lima, Perú. Vino a votar el 28 de julio y a quedarse: tengo fe profesor de que el país va a cambiar. ¿A quién busca?, me pregunta. Le respondo, quiero saber hasta dónde llega la masa humana aquí congregada. Observa hacia el fondo y con una gran sonrisa contesta; profe, esta gente va a llegar hasta Miraflores. Me sorprende su respuesta. Respuesta esencialmente política y nos despedimos con la promesa de tomarnos un café en estos días.

Viene por el ánima del Pica Pica, grita uno al lado nuestro. Otro responde: está en el Lido. Encienden las bombillas de la avenida y el griterío no se hace esperar. Una pupila me sonríe entre la multitud. Se acerca y me dice de manera cómplice: profesor, vamos a ganar.  Saludamos a nuestra querida Stella Taldone. Compañera tadehuista, gran colaboradora con la iglesia católica y sus programas de asistencia social. Nuevamente, el dron con una luz verde, planea por los aires y es el anuncio de la llegada de la líder.

Me acerco al bululú y una buenamoza me dice que Delsa Rodríguez está saludando a los presentes. Le digo, ¿no será más bien Delsa Solórzano? Estalla en carcajadas y me abraza. Claro Valmore, Delsy Rodríguez es de los otros. Centenares de teléfonos apuntan. Se acerca María Corina, luce una franela multicolor con la inscripción: GUÁRICO HASTA EL FINAL. La emoción crece y todos intentan aproximarse y verla. La nota es establecer la conexión, sintonizar con la imagen de la resistencia.

La caravana se detiene por momentos. Una dama elegante apunta su mirada hacia la líder y susurra: que Dios cuide a María Corina, que Dios la cubra con su manto sagrado, que no le pase nada malo.  Volteo y la oigo con atención. La convicción y seguridad de sus palabras es atrayente. Viste de blanco. Tiene cierto aire místico. Interrogo en silencio a un compa. ¿Quién es ella? le pregunto en lenguaje no verbal. Juan se acerca y me dice al oído: es Marié, la artesana líder de San José de Guaribe. Está en La Pascua desde ayer. Nosotros andamos con ella. Otras mujeres le envían señales de bendición a la líder.  En la esquina del semáforo, un grupo de damas maduronas entonan el cántico oído en otros tiempos y con otros gobernantes: Y VA A CAER, Y VA A CAER… ESTE GOBIERNO VA A CAER…

Lentamente, la avenida es desalojada. Por todos los accesos se observan ríos de gente que marchan a sus hogares, mujeres en su inmensa mayoría. María Corina continúa a El Socorro. En los predios del gallo pinto la esperan desde temprano. Juan Luis Loreto seguramente, al amanecer vio en todo su esplendor, la estrella de la mañana.

Por: Valmore García CNP/6.547