Por Ana Cecilia Bracho Carpio / Quiero comenzar agradeciendo a este prestigioso diario por permitirme una vez más la publicación y circulación de esta columna, una ventana para ejercer la cuota de responsabilidad social que me corresponde como ciudadana, de contribuir con la divulgación y el conocimiento de la magnitud, el impacto y las consecuencias de la violencia contra la mujer dentro del entorno familiar. Compromiso adquirido desde el año 1997 con la creación de la Fundación “Basta, organización no gubernamental sin fines de lucro, pionera en el Estado Guárico respecto al tratamiento del tema desde la convivencia, con la visión del fortalecimiento de la familia como célula fundamental de la sociedad. En este sentido, considero que nos adelantamos a los tiempos porque durante 22 años hemos percibido que las leyes por si solas no bastan, es imprescindible que los funcionarios operadores de justicia las apliquen con eficacia. Para ello, se requiere el conocimiento de las normas por toda la sociedad en general, particularmente, las mujeres para que ejerciten sus derechos y los hombres porque deben saber que el desconocimiento de la ley no los exime de su cumplimiento.
De igual manera, se persigue invitar a los diferentes actores sociales, para dejar la ignorancia supina, como negligencia en saber lo que se ignora en temas de interés para la diversidad de los sectores que conforman la sociedad y,que deben ser abordados de manera sencilla, temas complejos, controvertidos porque generan otras opiniones, y no agotados, porque a pesar de los avances legislativos nacionales e internacionales sobre la defensa de la mujer en su entorno familiar aún se siguen violando sus derechos y las campañas de información no deben disminuir. De tal manera, es oportuno destacar, que la Declaración Universal de los Derechos Humanos consagra la libertad, igualdad ante la ley, respeto a la dignidad e integridad personal, y por ello debemos conocer a fondo cuáles son nuestros derechos, en qué consisten y cómo podemos ejercerlos de forma libre. Conocimiento que no debe estar reservado solo a los profesionales del derecho, porque no hace falta estudiar leyes para ello, no hay que saberse el procedimiento exhaustivamente, solo necesitamos saber que existen, y estar al tanto de que si la víctima no interpone la denuncia no se le pueden proteger sus derechos y mucho menos hacerse beneficiaria de las medidas de seguridad y protección contenidas en la Ley Orgánica del Derecho de las Mujeres a una Vida libre de Violencia que no solo la benefician a ella sino de igual manera a los hijos.
Es así como a lo largo del devenir de esta filosofía se ha tenido que enfrentar el planteamiento de que hay mujeres maltratadoras y de que la ley es discriminatoria, este tema lo desarrollare en uno de los artículos, pero a todo evento por ello desde la Fundación “Basta” nuestro trabajo en las escuelas, liceos y público en general ha sido enfocado en la promoción de valores y virtudes ciudadanas, desde la otredad y alteridad, dando cabida a los avances legislativos, que emergen para la atención del fenómeno social de la violencia en sus diferentes manifestaciones, con marcada connotación en la familia. Espacio social que solicita desde su cotidianidad la intervención de las instituciones en el contexto de triada Estado, Familia y Sociedad, mientras no se haga un trabajo de fortalecimiento a las familias las leyes serán letra muerta. En fin humildemente, aprovecho este medio para compartir saberes y conocimientos propios de la dignidad humana.