GUÁRICO / Es lamentable que la hostilidad, las restricciones, las amenazas y el peligro sean la constante hoy día en el ejercicio libre del periodismo en Venezuela y en nuestro Estado Guárico.

La mayoría de los informes presentados durante el año por Espacio Público y del Instituto de Prensa y Sociedad, que aseveran que “la libertad de expresión en Venezuela, o está presa, o se fue en desbandada, al igual que lo hicieron más de siete millones de venezolanos, en busca de un mejor futuro», preguntamos ¿ es que definitivamente la libertad de expresión poco a poco esta muriendo en la auto censura por parte del los periodistas venezolanos?.

La Punzada de angustia

Nos encontramos con cifras que significan una puñalada de angustia: En los últimos 20 años, han cerrado 403 medios de comunicación social en todo el país aproximadamente. Estaríamos hablando de unos 45.000 mil empleos directos en Venezuela. En cuanto a Guárico más de 200 PERIODISTA deambulan en otros sectores y los que trabajan, lo ejercen en su mayoría en la estructura del peor gobierno que ha tenido este Estado en los últimos 40 años en esta materia.

Solamente en estos 3 años que han transcurrido, Conatel ha sacado del aire cuatro emisoras de radio en Guárico con apoyo del gobierno regional, y, desde el año 2008, se han aplicado más 285 cierres de emisoras de radio.

No es un secreto que han cerrado 19 televisoras y 12 medios digitales, y un total de 150 periódicos han dejado de circular según por falta de papel, por la crisis económica, y hasta algunos, como “El Nacional”, por demandas millonarias que le ha impuesto la justicia venezolana.

Aunque según ciertos estudios señalan que en la actualidad hay 980 medios de comunicación social activos en Venezuela, la gran mayoría sólo se dedica a entretener, a emitir misceláneas, o a plegarse al discurso de propaganda de un gobierno que se ha empeñado en controlar la conducta de sus ciudadanos, en censurar hasta los tweets, en reprimir y en vigilar con suspicacia a quienes piensen diferente, sobre todo a periodistas venezolanos independientes.

Estos días muchos allegados me preguntaban qué es lo más difícil que te ha tocado en los años que llevas en esta profesión, y yo no dudé en responderles que luchar a diario contra la censura: “Los periodistas, desde hace rato, dejaron de tener acceso a las fuentes oficiales”.

Las estadísticas del Estado hay que buscarlas con lupa. Aquí no sabemos cuánto es el presupuesto real de la nación y mucho menos el del Estado Guárico, maniatados por unos diputados nacionales y regionales que los conocerán en sus casas, si acaso. Es triste ver como engañan a un pueblo por un salario, y por más que escondan y maquillen la realidad, nos encontramos que es otra y llegará el momento donde los verdaderos periodistas del Guárico tendrán la obligación moral de difundir estas verdades.  Por ejemplo, las cifras de inflación las da a conocer el Banco Central de Venezuela a destiempo, a veces las sueltan en alguna frases las autoridades nacionales justamente para que el pueblo no se entere de la verdad, preguntamos entonces ¿ sera que los periodista no tienen derecho a informarle a los mas de 400 mil guariqueños, si estamos de acuerdo en no saber  cuanto asciende el presupuesto y en que se gastan el dinero del Estado?

Nos encontramos con un tema que sucumbe al Guárico, como lo es la pobreza y viene entonces a ser la realidad la que se impone, cuando el poder deja de hablar de pobreza extrema o de desnutrición infantil, pese a que las autoridades pretendan hacernos creen que el país está bien, como si de la metáfora del cuento de “Alicia en el país de las maravillas” se tratara, en tierras guariqueñas la realidad es otra.

Como puede estar bien un país cuando las ruedas de prensa nacionales de Ministros, Gobernadores o de Alcaldes suelen ser simples monólogos. Cuando las preguntas son directas escandalizan y sólo dejan malas miradas a los  complacientes seguidores y en el caso del Estado Guárico es patético.

No somos pedigüeños y mucho menos marionetas

Los periodistas que luchan en Guárico por la libertad del ejercicio tienen que estar claro, que no están para suavizar las noticias ni para repetir como marionetas las propagandas oficiales.

Nuestra experiencia, nos resalta que decenas de periodistas no conocen los riesgos que significa ejercer libremente y sin ataduras ya que resulta que en estos momentos el ejercicio se realiza con miedo y sujetos a regulaciones internas de los medios, y así señalen los sigüíces que esto es falso, solo podemos decir que la historia dice otras cosas distintas a como se ejercía antes y como es ahora y sobre todo en Guárico, es imposible que quienes actualmente cumplen esta función conozcan parte de ese pasado ya que les puedan reventar en la cara en estos días el capricho de quien rige los destinos de nuestra región. Los que son perseguidos, se acogieron al precepto constitucional y le violan el derecho al periodista del articulo 57 de nuestra carta magna: Una cantidad considerable de ellos han sido detenidos arbitrariamente, viven con medidas cautelares o ejercen desde el exilio, todo porque se apegan al pie de la letra al Código de Ética, Ley de Ejercicio y Reglamento de la Ley del Periodista y aquello que, en 1994, quedó establecido en la declaración de Chapultepec: «El ejercicio del periodismo no es una concesión de las autoridades. Es un derecho inalienable del pueblo”.

El miedo siempre va estar presente en nuestras vidas, pero no por eso nos vamos a paralizar

Hay quienes acusan un supuesto ejercicio falso de la profesión y señalan que existe una gran cantidad de personas que, sin tener un título universitario, se aparecen de la nada en las ruedas de prensa, para fungir como “periodistas” aquí cabe preguntarse ¿ dónde están esos centenares de comunicadores sociales egresado de las distintas universidades del Venezuela?, es sencillo la mayoría cumpliendo funciones en otros sectores, que no son los de su profesión producto no solo del cierre forzoso a que fueron obligados la mayoría de los medios no adeptos al gobierno, y la otra sumergidos en los aparatos propagandísticos del gobierno nacional y regionales por no conseguir fuentes de empleo.

Si bien hoy son más las razones que empañan una celebración, debemos decirle a quienes ejercen libremente sin ataduras el ejercicio de la profesión en este Estado, que deben sentirse muy orgullosos de ejercerla con gallardía, valentía y con el sosiego que deja el deber cumplido de ser un servidor de los que no tienen voz, ya que esta es y sera nuestra mayor recompensa para los que tenemos suficiente moral para salir a la calle además de recoger el sentir de las caras de las informaciones sea cual sea su punto, así como la noticia y cualquier otro tema donde la opinión libre sea fundamental en nuestro país.