Especial / Rafa Nadal jugará el domingo la final para ganar su duodécimo título de Roland Garros . En un partido casi impecable, en el que controló mejor los condicionantes del partido, ganó a Roger Federer por un claro 6-3, 6-4 y 6-2 en 2 horas y 25 minutos. Ahora se enfrentará en la final del domingo al ganador del duelo entre Novak Djokovic y Dominic Thiem.


Nadal domó a los vientos en un partido muy condicionado por la borrasca Miguel. Supo fijar una táctica conservadora, o más bien prudente, sin que su juego perdiese veneno. En cambio Federer, necesitado de una propuesta más ofensiva, de un tenis más ajustado a las líneas, nunca estuvo cómodo.
Tras el dominio de Nadal en el primer set, Federer reaccionó y se puso por delante en el marcador con una rotura de servicio inicial que no supo aprovechar. Luego, pese a dominar el noveno juego por 40-0 para ponerse 5-4, se dejó remontar por el español, que logró el break clave para hacerse posteriormente con el segundo parcial y encontrar a partir de ahí vía libre hacia la final ante un rival que se vino algo abajo.


El español sale muy reforzado de una semifinal que, además, apenas conllevó desgaste para él después de un torneo muy plácido en el que solo se había dejado un set. Ahora encarará la final pleno de confianza, después de prolongar su dominio sobre Roger Federer, al que supera por 24-15 en sus ahora 39 enfrentamientos.
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Nadal perseguirá el domingo su duodécimo título de Roland Garros y, al mismo tiempo, su «grand slam» número 18. La derrota pudo significar el adiós definitivo de Federer a Roland Garros, un torneo que solo ganó en el 2009, justo cuando Nadal (mermado por la separación de sus padres) perdió ante Soderling en octavos de final. De hecho, el suizo, ya con 37 años, apenas había jugado en tierra durante las últimas temporadas, y no competía en París desde el 2015.
En un nuevo capítulo de una rivalidad marcada por la elegancia y la mutua admiración, Nadal despidió en pie, aplaudiendo, a Federer. «Quiero felicitar a Roger, es increíble que con 37 años mantenga este nivel. Probablemente sea el mejor jugador de la historia, siempre es un placer jugar contra él», indicó una abarrotada pista central de París.
Nadal, que no ganaba a Federer desde el 2014 y acumulaba cinco derrotas consecutivas en los últimos años, entre ellas la final de Australia en el 2010, volvió a demostrar su superioridad sobre la tierra batida de París. Jamás ha perdido una final en Roland Garros y tratará de levantar su duodécima Copa de los Mosqueteros.